SEGURIDAD Negarse a vender cerveza fuera de horario le costo la vida al encargado de una Tienda OXXO en el Fraccionamiento Riberas de Tamazula, en Culiacán, el desconocido enojado sacó de entre sus ropas una pistola escuadra calibre .9 milímetros, con la que le apuntó al empleado que había salido del inmueble a fin de explicarle al "cliente" las disposiciones legales.

El negarse a vender bebidas alcohólicas fuera del horario establecido y apegarse a las disposiciones oficiales, fue el "error" que cometió Jesús Octavio Cázares Castro, un adulto de 42 años, vecino de la Colonia Obrero Campesina, quien fue asesinado de un balazo en la cabeza que le propinó un "cliente" que arribó al comercio en el que laboraba durante la Navidad. Durante la mañana del 25 de diciembre, Cázares Castro arribó a la tienda de conveniencia donde era el encargado. Minutos después llegó un hombre en avanzado estado de embriaguez quien le exigió que le vendiera cerveza, el trabajador le explicó que no podía hacerlo porque se exponía a ser multado y que le cerraran el negocio ubicado en el Fraccionamiento Riberas de Tamazula. Según testigos, el desconocido enojado sacó de entre sus ropas una pistola escuadra calibre .9 milímetros, con la que le apuntó al empleado que había salido del inmueble a fin de explicarle al "cliente" las disposiciones legales. Después se escuchó un disparo y vieron cómo el encargado del comercio se desplomó sobre la banqueta sin vida, mientras que el asesino huyó. Rápidamente personas que se encontraban cerca del lugar solicitaron la presencia de especialistas en urgencias médicas, mismos que llegaron a la zona y trataron de proporcionarle los primeros auxilios al herido, quien para esos momentos ya había fallecido a escasos centímetros de la puerta del negocio donde vio su última Navidad. Testigos indicaron a las autoridades que el asesinato se dio debido a que el encargado del Oxxo defendió las disposiciones oficiales a fin de evitar la clausura del negocio. Sin embargo, y lo más incongruente en este caso, fue que ni su propia vida evitó que los representantes de la ley cerraran el comercio, a fin de indagar el primero de seis homicidios que enlutaron los festejos navideños en Culiacán.