jueves, 15 de agosto de 2013

PARQUE VEHICULAR Busca SCT acelerar la chatarrización

Para que el programa de chatarrización de vehículos pesados funcione, deben sustituirse anualmente entre 15 mil y 20 mil unidades, en vez de las menos de seis mil que se procesaron en 2012, dijo Federico Domínguez, director general de Autotransporte Federal de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), para seguido explicar que la SCT está trabajando en el relanzamiento de esta iniciativa, llamada oficialmente Esquema de Sustitución Vehicular, que comenzó en 2004 y hasta junio de este año había procesado apenas 29 mil 946 de las más de 262 mil vehículos con antigüedades mayores a 20 años que en algunos casos, llegan hasta 50 años. “El esquema no está siendo ya atractivo para la gente. Hay algunas personas que se está inscribiendo, pero hay que buscar esquemas que realmente incentiven, que sean atractivos, para que la gente se sume al programa”, dijo , para inmediato atribuir esa pérdida de atractivo de este programa -enfocado tanto al autotransporte de carga, como al de pasaje y al turístico- al tope de los apoyos fiscales, que van de 48 mil a 161 mil pesos y no se han actualizado desde su lanzamiento. De acuerdo con un cálculo de la Asociación Nacional del Transporte Privado, un tracto camión nuevo por sí solo ronda 110 mil dólares, que equivale a alrededor de un millón 394 mil pesos. Actualmente, dijo el titular de la DGAF, el dueño de una de estas unidades puede obtener más dinero de la venta separada de las piezas que de la chatarrización del vehículo completo. Desde que comenzó la presente administración, esta división de la SCT ha recibido propuestas de la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga (CANACAR), la Confederación Nacional de Transportistas Mexicanos (CONATRAM) y la ANTP, entre otras organizaciones del sector, sobre lo que debe hacerse con este programa. El funcionario detalló que, entre las opciones que se analizan está el incremento del monto del estímulo o permitir que los apoyos fiscales sean acumulables, es decir, que un transportista pueda chatarrizar dos unidades y utilizar el dinero de ambas para comprar sólo una nueva.

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