FINANZAS PUBLICAS.- Aunque la deuda de estados y municipios no representa un riesgo macroeconómico para el país, sí podría afectar la credibilidad sobre la política fiscal de México, advirtió BBVA Research. Asimismo consideró que el impacto de la violencia en la economía mexicana es "transitorio" y sin repercusiones en las decisiones de inversión a largo plazo.
El economista en Jefe de Análisis Macroeconómico para México de BBVA, Julián Cubero, aseveró que en referencia a la deuda de los estados, esos pasivos no tienen el tamaño suficiente para representar un riesgo sobre las cuentas públicas mexicanas, al representar casi 2.5% del Producto Interno Bruto (PIB), por debajo que otras naciones, donde se observan niveles cercanos al 8.0 por ciento.
"No hay riesgo para las cuentas públicas del país por el aumento de la deuda pública de los estados", señaló durante la presentación del Informe Situación México, para luego explicar que el incremento de dicha deuda va en línea con el aumento que reporta la deuda pública federal, de manera razonable y consistente.
Además, abundó, este fenómeno también está ligado a la existencia de mejores condiciones en el financiamiento y con criterios prudentes por parte de los acreedores y que se han reforzado recientemente para el sistema bancario.
También el especialista recordó que en 2001 estas entidades federativas se financiaban a niveles de 9.0%, en 2005 esta tasa aumentó a 11.0% y para el año en curso ha disminuido a niveles de 6.5% en promedio. "Cuesta menos endeudarse y el plazo al cual se endeudan es mayor, por lo que es lógico que se endeuden más", destacó.
Mencionó que otra ventaja respecto a los pasivos de estados y municipios es que esta deuda cuenta con el respaldo de garantías, que son las participaciones que estas entidades reciben del gobierno federal. De hecho, precisó Julián Cubero, del saldo total de la deuda estatal con colateral, 71 % está respaldada con participaciones federales, que a su vez son una gran parte de los ingresos estatales.
Por ello, el especialista de BBVA consideró que el problema radica en la falta de mayor información por parte de las entidades federativas sobre el destino y la forma en que se gastan dichos recursos, además de la falta de incentivos para aumentar sus recursos propios, lo que es, dijo, una vulnerabilidad.
El economista en Jefe de Análisis Macroeconómico para México de BBVA, Julián Cubero, aseveró que en referencia a la deuda de los estados, esos pasivos no tienen el tamaño suficiente para representar un riesgo sobre las cuentas públicas mexicanas, al representar casi 2.5% del Producto Interno Bruto (PIB), por debajo que otras naciones, donde se observan niveles cercanos al 8.0 por ciento.
"No hay riesgo para las cuentas públicas del país por el aumento de la deuda pública de los estados", señaló durante la presentación del Informe Situación México, para luego explicar que el incremento de dicha deuda va en línea con el aumento que reporta la deuda pública federal, de manera razonable y consistente.
Además, abundó, este fenómeno también está ligado a la existencia de mejores condiciones en el financiamiento y con criterios prudentes por parte de los acreedores y que se han reforzado recientemente para el sistema bancario.
También el especialista recordó que en 2001 estas entidades federativas se financiaban a niveles de 9.0%, en 2005 esta tasa aumentó a 11.0% y para el año en curso ha disminuido a niveles de 6.5% en promedio. "Cuesta menos endeudarse y el plazo al cual se endeudan es mayor, por lo que es lógico que se endeuden más", destacó.
Mencionó que otra ventaja respecto a los pasivos de estados y municipios es que esta deuda cuenta con el respaldo de garantías, que son las participaciones que estas entidades reciben del gobierno federal. De hecho, precisó Julián Cubero, del saldo total de la deuda estatal con colateral, 71 % está respaldada con participaciones federales, que a su vez son una gran parte de los ingresos estatales.
Por ello, el especialista de BBVA consideró que el problema radica en la falta de mayor información por parte de las entidades federativas sobre el destino y la forma en que se gastan dichos recursos, además de la falta de incentivos para aumentar sus recursos propios, lo que es, dijo, una vulnerabilidad.
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