AGRICULTURA Avizoran un mal año triguero en el Valle de Mexicali, vaivenes del clima, dudas sobre la calidad de la semilla, desplome del precio en los mercados internacionales, entre otros los motivos de su desaliento

"Esta temporada seré sincero... la miro bien carambas por el cambio climático al que se enfrenta la región: hace frío, calor, luego frío y otra vez calor", declaró Fermín Navarro Ibáñez, presidente del Sistema Producto Trigo en Baja California, quien reconoció que el rendimiento del trigo que se espera proyecte la cosecha no data de cifras alentadoras. Explicó que respecto a la semilla que fue entregada a los agricultores a través de ciertas empresas dedicadas al ramo no se deja ver fuerza sobre los cultivos, ya que han sido varias las quejas de los campesinos quienes afirmaron que posteriormente al no sostenerse la planta de trigo pudiera caerse la mata. Comentó que las variedades que las empresas les venden a los campesinos como semilla deben ser certificadas, lo cual en reiteradas ocasiones ha dejado de lado la garantía de que se trate de semilla confiable y de calidad, lo que obligó en ciertos casos a solicitar la presencia de las autoridades encargadas de verificar el dato. "Si en un principio la semilla está mala, pues luego se viene cualquier helada y le echan la bronca al mal tiempo y es la semilla la verdadera culpable; el problema es que la afectación la detectamos hasta que toma curso el rendimiento, ya que los agricultores vivimos en un albur, sembramos, pero no sabemos si vamos a cosechar", señaló. Declaró que las pérdidas no pueden ser establecidas sino hasta que finalizan los períodos de cosecha y por tal motivo no pueden garantizar la utilidad de las ganancias debido a que los riesgos se presentan desde el momento en que pueden, sin percatarse, adquirir semilla de trigo de dudosa procedencia. Asimismo, agregó que los 220 dólares que mantiene "por los suelos" el costo a nivel mundial de la tonelada de trigo los desalienta, ya que se suma a las compensaciones otorgadas que sólo reflejan un monto mayor a los 3 mil pesos, lo cual con el tiempo pudiera llevar a la quiebra a decenas de agricultores locales.