Mexicali.- De producir siete kilogramos de tomates en un metro cuadrado de tierra a ‘cielo abierto’, la cosecha se puede incrementar hasta 60 kilogramos a través de invernaderos y malla sombra, se trata de agricultura protegida, que es viable en el Valle de Mexicali.
Para preparar a los estudiantes del Instituto de Ciencias Agrícolas de la UABC, ubicado en el ejido Nuevo León, se cuenta con áreas experimentales en las que se analizan diversas variedades de tomates y chile pimiento morrón. El subdirector de la institución, Ángel López López, expresó que la producción aumenta al ser una agricultura más intensiva, y poder contar con el control de algunos factores ambientales, por lo que al manipular la planta se provoca que tenga un mayor rendimiento por superficie.
“De 7 kilogramos por metro cuadrado cultivado a cielo abierto, en invernadero se logran 30 kilogramos por metro cuadrado, incluso más a nivel experimental, se puede tener 50 kilogramos o 60 kilogramos”, señaló. En los invernaderos del ICA se produce tomate de diferentes variedades, e híbridos de la hortaliza, se evalúa su adaptación a las condiciones de agua y suelo en el Valle de Mexicali, además de cuál es el comportamiento que tiene la producción en estas épocas invernales.
“Antes de hacer la plantación se acondicionó el suelo, se rellena de arena con composta y sobre ella se hace el transplante, el agua y nutrimientos se le aplicaron a través de una cinta de riego, para que tenga la humedad que se requiere”, comentó. López López aclaró que la diferencia entre una malla sombra y un invernadero es que en el segundo la cubierta es de plástico o de vidrio, y no permite el ingreso de plagas o insectos que vayan afectar el cultivo, además de tener controlada la temperatura.
Para preparar a los estudiantes del Instituto de Ciencias Agrícolas de la UABC, ubicado en el ejido Nuevo León, se cuenta con áreas experimentales en las que se analizan diversas variedades de tomates y chile pimiento morrón. El subdirector de la institución, Ángel López López, expresó que la producción aumenta al ser una agricultura más intensiva, y poder contar con el control de algunos factores ambientales, por lo que al manipular la planta se provoca que tenga un mayor rendimiento por superficie.
“De 7 kilogramos por metro cuadrado cultivado a cielo abierto, en invernadero se logran 30 kilogramos por metro cuadrado, incluso más a nivel experimental, se puede tener 50 kilogramos o 60 kilogramos”, señaló. En los invernaderos del ICA se produce tomate de diferentes variedades, e híbridos de la hortaliza, se evalúa su adaptación a las condiciones de agua y suelo en el Valle de Mexicali, además de cuál es el comportamiento que tiene la producción en estas épocas invernales.
“Antes de hacer la plantación se acondicionó el suelo, se rellena de arena con composta y sobre ella se hace el transplante, el agua y nutrimientos se le aplicaron a través de una cinta de riego, para que tenga la humedad que se requiere”, comentó. López López aclaró que la diferencia entre una malla sombra y un invernadero es que en el segundo la cubierta es de plástico o de vidrio, y no permite el ingreso de plagas o insectos que vayan afectar el cultivo, además de tener controlada la temperatura.
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