Ciudad de México.- Recientemente el Senado de la República aprobó un IEPS al tabaco de 35 centavos por cigarro, siete pesos por cajetilla, lo que representa un aumento de 6.2 pesos sobre el impuesto de 80 centavos que se cobra actualmente sobre el valor de cada empaque. Dicha medida ha hecho que las compañías que fabrican Camel y Marlboro levanten la voz y aseguren que esta determinación genera incertidumbre jurídica, pérdida de empleos en el sector, además de inhibir sus planes de crecimiento en México.
Sin embargo, especialistas en el tema aseguran que los argumentos de las tabacaleras son “mero chantaje” pues a pesar de que el consumo de cigarros podría caer 10%, esta industria seguirá siendo un negocio muy redituable. Carlos Humberto Suárez, director de Asuntos Corporativos de British American Tobacco de México, considera que la incertidumbre jurídica que genera un incremento de impuestos inhibe la posibilidad de pensar en planes de crecimiento e inversiones en el país, cuestión que afectaría a toda la cadena productiva.
Al contrario, Erick Ochoa, director de Iniciativas para el Control del Tabaco de la Fundación Interamericana del Corazón, detalla que dado que el Congreso está facultado para modificar la política fiscal, no sólo las industrias, sino todos los ciudadanos y actores de la economía reciben el impacto de estas decisiones y deben cumplir con lo aprobado. “La afirmación de la incertidumbre jurídica sólo sería cierta si los legisladores no dejaran claro el monto del aumento; por ejemplo, decir que se elevaría entre 5 y 7 pesos el IEPS al tabaco, o si se realizaran con sustentos débiles”, menciona Ochoa.
Pero más allá de los dichos que se han generado, lo que sí esta en riesgo es la seguridad en costos y ganancias que tanto BAT como Philip Morris habían estimado para los siguientes cuatro años.
Sin embargo, especialistas en el tema aseguran que los argumentos de las tabacaleras son “mero chantaje” pues a pesar de que el consumo de cigarros podría caer 10%, esta industria seguirá siendo un negocio muy redituable. Carlos Humberto Suárez, director de Asuntos Corporativos de British American Tobacco de México, considera que la incertidumbre jurídica que genera un incremento de impuestos inhibe la posibilidad de pensar en planes de crecimiento e inversiones en el país, cuestión que afectaría a toda la cadena productiva.
Al contrario, Erick Ochoa, director de Iniciativas para el Control del Tabaco de la Fundación Interamericana del Corazón, detalla que dado que el Congreso está facultado para modificar la política fiscal, no sólo las industrias, sino todos los ciudadanos y actores de la economía reciben el impacto de estas decisiones y deben cumplir con lo aprobado. “La afirmación de la incertidumbre jurídica sólo sería cierta si los legisladores no dejaran claro el monto del aumento; por ejemplo, decir que se elevaría entre 5 y 7 pesos el IEPS al tabaco, o si se realizaran con sustentos débiles”, menciona Ochoa.
Pero más allá de los dichos que se han generado, lo que sí esta en riesgo es la seguridad en costos y ganancias que tanto BAT como Philip Morris habían estimado para los siguientes cuatro años.
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