Batallaran mucho en próximas campañas presidenciales

Ciudad de México.- A un año de terminar su sexenio, la administración de Felipe Calderón se niega a reconocer la realidad que hoy enfrenta el país, pregonando a los cuatro vientos que en México todo está bien y bajo control; sin embargo el día a día se encarga de desmentir el discurso optimista y despreocupado del mandatario. Así, en medio de las críticas recibidas tras la salida de la periodista Carmen Aristegui de MVS Radio, la estrategia de comunicación aplicada por el gobierno vuelve a ser materia de análisis, ya que el discurso oficial se enfrenta con el tono de los mensajes de la sociedad civil, poniendo al mexicano en una pelea por determinar la verdadera realidad del país. Es así que el ciudadano es integrado en una dinámica en la que observa una lucha contra el crimen organizado, inestabilidad económica y la falta de reformas estructurales, mientras que el gobierno asegura que no pasa nada. Es en este sentido que un torrente de mensajes que chocan entre sí inundan día a día a la sociedad, generando una situación de incertidumbre y una anarquía comunicativa que lejos de encontrar el consenso necesario para la solución de problemas, causa un disgusto en la ciudadanía que suele observar incongruencia y doble moral en los mensajes. La sociedad se siente ofendida por discursos que bosquejan un país próspero, seguro, armonioso y en franco crecimiento; mientras que la realidad retrata una nación sumergida en una espiral de violencia, una economía inestable y una sociedad que con el paso del reloj desgasta más su tejido. Han pasado meses desde que el presidente Felipe Calderón exhortó a los mexicanos a hablar bien del país, pues, según sus propias palabras, enfrenta un “problema de percepción e imagen” que se origina en casa y es generado por los propios mexicanos, secundando su política comunicativa de que en México no pasa nada y que la guerra contra el narcotráfico se está ganando.