Ciudad de México .- Una recuperación económica más moderada, una inflación que disminuye hacia la meta del tres % y un peso fortalecido gracias a la disciplina fiscal, un déficit corriente pequeño y robustos influjos de capital es el escenario que el área de análisis de Bank of America (BofA) ve para México en el 2011.
El crecimiento del PIB, según las estimaciones de BofA, podría moderarse a 3.3% en 2011 tras una expansión del cinco por ciento en el 2010 ante un menor ímpetu de la demanda externa. De este modo, esa desaceleración sería resultado de un menor dinamismo de la manufactura en EU, que está reduciendo su ritmo de crecimiento uniéndose a la debilidad del consumo privado y de la vivienda. Para EU prevén un crecimiento económico de 2.1%.
Respecto a al demanda interna, BofA apenas empieza a percibir señales de reactivación más firmes que deben consolidarse en el 2011 gracias una mejora del empleo, del crédito y de las remesas, lo que contrarrestará parcialmente la desaceleración de la demanda externa. El principal obstáculo, por tanto, para una recuperación más firme en México proviene de EU. Una recaída en los vecinos del norte afectaría tanto a la demanda externa, a través del sector manufacturero, como a la interna, a través de distintos canales, como la entrada de remesas.
El menor ritmo de actividad se verá reflejado en la inflación, que estiman prosiga una tendencia a la baja para finalizar el 2011 en 3.8%. Aunque la inflación no subyacente podría verse presionada de manera temporal por el alza de los energéticos y de otras materias primas, la subyacente tendrá un buen comportamiento por la desaceleración económica, lo que permitirá que la inflación converja hacia la meta de 3% (+/- 1%) de Banxico.
El crecimiento del PIB, según las estimaciones de BofA, podría moderarse a 3.3% en 2011 tras una expansión del cinco por ciento en el 2010 ante un menor ímpetu de la demanda externa. De este modo, esa desaceleración sería resultado de un menor dinamismo de la manufactura en EU, que está reduciendo su ritmo de crecimiento uniéndose a la debilidad del consumo privado y de la vivienda. Para EU prevén un crecimiento económico de 2.1%.
Respecto a al demanda interna, BofA apenas empieza a percibir señales de reactivación más firmes que deben consolidarse en el 2011 gracias una mejora del empleo, del crédito y de las remesas, lo que contrarrestará parcialmente la desaceleración de la demanda externa. El principal obstáculo, por tanto, para una recuperación más firme en México proviene de EU. Una recaída en los vecinos del norte afectaría tanto a la demanda externa, a través del sector manufacturero, como a la interna, a través de distintos canales, como la entrada de remesas.
El menor ritmo de actividad se verá reflejado en la inflación, que estiman prosiga una tendencia a la baja para finalizar el 2011 en 3.8%. Aunque la inflación no subyacente podría verse presionada de manera temporal por el alza de los energéticos y de otras materias primas, la subyacente tendrá un buen comportamiento por la desaceleración económica, lo que permitirá que la inflación converja hacia la meta de 3% (+/- 1%) de Banxico.
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