En la ciudad de Chihuahua se cuenta con 38 centros registrados, en Ciudad Juárez con 33 y en el resto de los municipios 34, como son en Aldama, Cuauhtémoc, Delicias, Camargo y Casas Grandes, por mencionar algunos. De estos 105, sólo 15 se encuentran actualmente certificados a nivel nacional, en tanto que otros 14 de Chihuahua y 11 de Ciudad Juárez se encuentran en proceso, es decir, el estado de Chihuahua contará con 29 centros certificados, de los cuales 21 se ubican en Chihuahua capital. En proceso se encuentran Ave Fénix, Doxa y Tavad.
Cualquier persona en la República Mexicana o en el mundo podrá acceder a esta información, la cual se clasifica por estado. La certificación es estatal y nacional; los que estén certificados sólo por el estado obtendrán una estrella, mientras que la certificación nacional será de dos. Eduardo Mendoza destacó que los centros de rehabilitación que cuenten con una estrella, es decir, la certificación estatal, es porque están registrados, tienen sus documentos en orden, mantienen contacto con la dependencia y pasaron la inspección y visita de personal de la Coordinadora en la que se evalúan criterios mínimos. Les hacen observaciones para que el centro funcione al cien por ciento.
Posterior a ello, para obtener la certificación nacional se envían los papeles a la instancia federal para su revisión, luego inspectores del Cenadic acuden a verificar que cada uno de los documentos tenga congruencia con el actuar, que el modelo de tratamiento que tienen en papel sea el mismo que se implementa, ya que en muchas ocasiones se ha detectado que los directivos de los centros afirman que cuentan con tratamientos psicológicos y psiquiátricos y no es verdad. Este es el primer paso para una profesionalización de los centros de rehabilitación.
Enfatizó que los centros que no cuentan con una sola estrella es porque no han cumplido con los requisitos y con la evaluación, pues su modelo de tratamiento no es congruente, y la primera intención de la certificación es acercarlos para orientarlos y brindarles capacitación, ya que uno de los principales objetivos es darles la preparación para que den un servicio digno y profesional.
El doctor Mendoza destacó que el proceso de certificación va de 15 a 30 días a partir de que la documentación se revisa, luego se envía a los verificadores y, si la inspección cuenta con un mínimo de 95 de calificación, se envía a nivel nacional. Aunado a esta revisión, se hacen entrevistas con los internos que se escogen al azar, se les aplica una encuesta en la que le preguntas si lo han violentado de alguna manera, te han golpeado o te han hecho hacer cosas que vayan en contra de tu voluntad. Con esta encuesta se valora que se estén respetando los derechos humanos de los internos y esto cuenta en la calificación. Este es un aspecto muy importante y, si no la pasan, no se les otorga la certificación.
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