Jorge Manuel López Calderón, egresado del Posgrado en Ciencias Marinas y Costeras de la UABCS, realizó un estudio sobre las áreas críticas para la conservación de zostera marina en lagunas costeras del noroeste de México, como parte de su tesis de doctorado, dirigida por el Dr. Rafael Riosmena Rodríguez, Jefe del Departamento Académico de Biología Marina. El objetivo del estudio fue evaluar el estado de conservación de las praderas de zostera marina en tres humedales del noroeste de México: Bahía Concepción, Canal de Infiernillo y Laguna de San Ignacio, para identificar áreas críticas que requieren la conservación de esta especie.
En su tesis, en cuya defensa obtuvo mención honorífica, Jorge Manuel López Calderón señala que las praderas de pastos marinos forman ecosistemas submarinos e intermareales altamente productivos y que brindan una enorme cantidad de servicios ecosistémicos. Se trata de plantas que han desarrollado estrategias morfológicas y fisiológicas para sobrevivir sumergidas en el océano. A pesar de su importancia, a la fecha permanecen como uno de los ecosistemas costeros menos conocidos por la humanidad. Su tasa de desaparición de las costas del mundo es cuatro veces mayor que la de los bosques tropicales.
En México habitan 9 especies de pastos marinos. En las costas del Pacífico y Golfo de California la zostera marina es la especie más dominante. Estas especies están desprovistas de un marco de protección ambiental y son pocas las áreas naturales protegidas que cuentan con praderas de pasto marino. Durante la investigación, se realizaron muestreos; además, se utilizaron imágenes landsat, fotografía aérea e información de investigaciones anteriores. Gracias a esto, se encontró que, en orden descendente, las praderas que presentaron el mejor estado de conservación son: Canal de Infiernillo (9,056 ha), Laguna de San Ignacio (7,320 ha) y Bahía Concepción (3 ha).
En Bahía Concepción, la reducida extensión de zostera marina hace que ésta sea una de las poblaciones más vulnerables del Golfo de California y que toda la zona donde se localiza esta población sea catalogada como área crítica para la conservación de esta especie. En Laguna de San Ignacio, las áreas críticas para la conservación de zostera marina se encuentran al norte y al sureste, en las secciones Norte y Pitahaya, donde se encuentra la mayor cobertura de praderas y los mayores bancos de semilla. En Canal de Infiernillo se identificaron áreas críticas para la conservación de zostera marina en la costa de Isla Tiburón y en las localidades: El Sargento, El Almo, Punta Arenas, Punta Ohna y Punta Víboras, por ser los sitios con mayor cobertura de pasto marino y su lejanía del principal asentamiento humano en el Canal.
Se necesita una norma jurídica para la protección de pastos marinos en México, además del monitoreo anual a largo plazo de sitios clave como lo son los tres humedales analizados en esta investigación, para poder determinar el efecto que tienen las perturbaciones de origen local (cambio de uso de suelo) y global (calentamiento de los océanos) sobre estas praderas.
En su tesis, en cuya defensa obtuvo mención honorífica, Jorge Manuel López Calderón señala que las praderas de pastos marinos forman ecosistemas submarinos e intermareales altamente productivos y que brindan una enorme cantidad de servicios ecosistémicos. Se trata de plantas que han desarrollado estrategias morfológicas y fisiológicas para sobrevivir sumergidas en el océano. A pesar de su importancia, a la fecha permanecen como uno de los ecosistemas costeros menos conocidos por la humanidad. Su tasa de desaparición de las costas del mundo es cuatro veces mayor que la de los bosques tropicales.
En México habitan 9 especies de pastos marinos. En las costas del Pacífico y Golfo de California la zostera marina es la especie más dominante. Estas especies están desprovistas de un marco de protección ambiental y son pocas las áreas naturales protegidas que cuentan con praderas de pasto marino. Durante la investigación, se realizaron muestreos; además, se utilizaron imágenes landsat, fotografía aérea e información de investigaciones anteriores. Gracias a esto, se encontró que, en orden descendente, las praderas que presentaron el mejor estado de conservación son: Canal de Infiernillo (9,056 ha), Laguna de San Ignacio (7,320 ha) y Bahía Concepción (3 ha).
En Bahía Concepción, la reducida extensión de zostera marina hace que ésta sea una de las poblaciones más vulnerables del Golfo de California y que toda la zona donde se localiza esta población sea catalogada como área crítica para la conservación de esta especie. En Laguna de San Ignacio, las áreas críticas para la conservación de zostera marina se encuentran al norte y al sureste, en las secciones Norte y Pitahaya, donde se encuentra la mayor cobertura de praderas y los mayores bancos de semilla. En Canal de Infiernillo se identificaron áreas críticas para la conservación de zostera marina en la costa de Isla Tiburón y en las localidades: El Sargento, El Almo, Punta Arenas, Punta Ohna y Punta Víboras, por ser los sitios con mayor cobertura de pasto marino y su lejanía del principal asentamiento humano en el Canal.
Se necesita una norma jurídica para la protección de pastos marinos en México, además del monitoreo anual a largo plazo de sitios clave como lo son los tres humedales analizados en esta investigación, para poder determinar el efecto que tienen las perturbaciones de origen local (cambio de uso de suelo) y global (calentamiento de los océanos) sobre estas praderas.
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