Ciudad de México.- Ante la carencia de normas de calidad y de una férrea vigilancia en tiendas de autoservicio, el sector privado alerta de la escandalosa introducción de productos de mala calidad, en perjuicio del consumidor.
La hipótesis es cruda: si no se endurecen las normas en materia de eficiencia energética, ahorro de agua, calidad y seguridad para los aparatos electrodomésticos, y tampoco se llevan a cabo campañas permanentes de verificación en puntos de venta, México corre el riesgo de convertirse en un “basurero”, en un receptor de productos “chatarra”.
Así como se lee, tal y como sucede con la importación de vehículos usados de Estados Unidos, que hoy tiene en jaque a la industria automotriz con más de 5 millones de unidades “inservibles” y altamente contaminantes, el país puede ser el imán de productos provenientes de países asiáticos como China.
“El problema no es la importación, sino qué tipo de productos se adquieren. En China, hay buenas y malas plataformas de producción. Lamentablemente, la mayoría de los importadores que viajan al país asiático adquieren saldos, es decir, productos baratos y de mala calidad, que no cumplen con las normas mexicanas, que pueden poner en riesgo la integridad del consumidor y que cuando no funcionan o se descomponen no hay las suficientes piezas de repuesto o unidades para hacer frente a las garantías, en caso de que las otorgue el proveedor”. Esto es expuesto por Pablo Moreno Cadena, director general de la Asociación Nacional de Fabricantes de Aparatos Domésticos (ANFAD).
Esta historia, entonces, contará un fenómeno que ya se empieza a dar en la industria y que se despliega de la siguiente manera: las cadenas de autoservicio, los constructores de vivienda y comercializadoras de muebles y accesorios para baño, se han convertido en grandes importadores de productos de origen chino.
Ante esta ola de importaciones, la ANFAD trabaja en conjunto con las secretarías de Economía y Hacienda, así como con la Procuraduría del Consumidor (Profeco) y la Comisión Federal de Competencia (CFC), para endurecer las normas mexicanas y para implementar campañas permanentes de verificación en puntos de venta con el objetivo de evitar la venta de “basura” en el país.
La hipótesis es cruda: si no se endurecen las normas en materia de eficiencia energética, ahorro de agua, calidad y seguridad para los aparatos electrodomésticos, y tampoco se llevan a cabo campañas permanentes de verificación en puntos de venta, México corre el riesgo de convertirse en un “basurero”, en un receptor de productos “chatarra”.
Así como se lee, tal y como sucede con la importación de vehículos usados de Estados Unidos, que hoy tiene en jaque a la industria automotriz con más de 5 millones de unidades “inservibles” y altamente contaminantes, el país puede ser el imán de productos provenientes de países asiáticos como China.
“El problema no es la importación, sino qué tipo de productos se adquieren. En China, hay buenas y malas plataformas de producción. Lamentablemente, la mayoría de los importadores que viajan al país asiático adquieren saldos, es decir, productos baratos y de mala calidad, que no cumplen con las normas mexicanas, que pueden poner en riesgo la integridad del consumidor y que cuando no funcionan o se descomponen no hay las suficientes piezas de repuesto o unidades para hacer frente a las garantías, en caso de que las otorgue el proveedor”. Esto es expuesto por Pablo Moreno Cadena, director general de la Asociación Nacional de Fabricantes de Aparatos Domésticos (ANFAD).
Esta historia, entonces, contará un fenómeno que ya se empieza a dar en la industria y que se despliega de la siguiente manera: las cadenas de autoservicio, los constructores de vivienda y comercializadoras de muebles y accesorios para baño, se han convertido en grandes importadores de productos de origen chino.
Ante esta ola de importaciones, la ANFAD trabaja en conjunto con las secretarías de Economía y Hacienda, así como con la Procuraduría del Consumidor (Profeco) y la Comisión Federal de Competencia (CFC), para endurecer las normas mexicanas y para implementar campañas permanentes de verificación en puntos de venta con el objetivo de evitar la venta de “basura” en el país.
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