“Lo anterior sintetiza el círculo vicioso en el que la Nación se encuentra: se han disminuido salarios, prestaciones y horas de trabajo, pero a pesar de ello no se tiene el suficiente vigor para generar crecimiento económico”, indicó. El investigador consideró lamentable que el número de personas ocupadas que ganan en tres y cinco salarios mínimos haya disminuido considerablemente. “Aunque el número de personas que gana más de cinco salarios mínimos aumentó, ello no compensa los retrocesos que en materia de ingreso sufrió el resto de la población”, puntualizó.
Dijo que más de 14.7 millones de personas trabajan sin un contrato escrito, más de 6.3 millones reciben a lo mucho un salario mínimo, más de 30 millones de ocupados no tienen acceso a la salud y peor aún más de 4.1 millones no reciben ingresos, lo cual es alarmante.
“Su importancia reside en que el poder adquisitivo que tiene este grupo de personas, que ya son 27 millones y fueron mayores en 1.3 millones que 2010, es inferior al alcanzado por los trabajadores que percibían un salario mínimo hace 40 años”, especificó.
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