ECONOMIA.- En los últimos 10 años, el petróleo crudo y sus derivados incrementaron su participación en el total de las exportaciones realizadas por México de 8 a 16%, con lo cual se duplicó la dependencia que tiene el país de los productos petroleros.
Con lo anterior, la participación de las exportaciones petroleras en el PIB pasó de 2.5 a 5.0% del 2001 al 2011, reafirmando que la dependencia que tiene México de los ingresos petroleros se ha reforzado, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI).
Además, destaca que del 2001 al 2011 las exportaciones de petróleo y sus derivados triplicaron su aportación a la economía mexicana, al pasar de 13,191 millones a 56,317 millones de dólares. En contraste, las exportaciones no petroleras han venido a la baja. Hace 10 años, las ventas al extranjero de productos no petroleros significaban 92% de las exportaciones totales de México, en tanto que en la actualidad su participación ha caído hasta 84 por ciento.
La calificadora HR Ratings estima que la economía mexicana podría experimentar una notable desaceleración en su crecimiento económico de corto y mediano plazo, como consecuencia de la desaceleración prevista en sus exportaciones no petroleras, en particular, a Estados Unidos. Asimismo, HR Ratings prevé que la caída en las exportaciones no petroleras podría aumentar el déficit comercial a niveles que no serían sostenibles para la economía mexicana. Al mismo tiempo, indica que esto se podría reflejar en un menor ingreso disponible y una reducción de los niveles de empleo.
CON ADICCIÓN AL HIDROCARBURO HAY MENOS MARGEN DE ACCIÓN EN POLÍTICA FISCAL
Para Standard & Poor’s, la importante dependencia que tiene México del petróleo, sumada a un nivel particularmente bajo en ingresos fiscales no petroleros, con ahorros limitados en los fondos de estabilización petrolera y una producción petrolera en declive, implica un menor margen de maniobra para una política fiscal contracíclica a diferencia de lo que ocurre en algunos de los pares de México.
Las alarmas se encienden si se considera que las exportaciones mexicanas de petróleo se han reducido cerca de 30% en los últimos ocho años, al pasar de 1 millón 870,000 a 1 millón 300,000 barriles diarios; si bien el precio promedio de la mezcla mexicana se ha cuadruplicado en el mismo periodo, al pasar de 24.7 a 101 dólares por barril. No obstante, las importaciones de combustibles realizadas por México también se han mantenido a la alza y sólo en el último año crecieron las de gasolina automotriz (11%), diésel (38%) y combustóleo (85 por ciento).
Para Standard & Poor’s, el declive en la producción petrolera podría tener un mayor impacto sobre las cuentas fiscales y externas de México, ya que los dividendos al sector público dependen en 35% de la renta petrolera.
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